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Renacer: una Escuela de Vida

Martes 26 Febrero 2008 en 9:06 pm - 14 Aniversario Renacer Tandil
Presentación y Desarrollo “14 º Aniversario Renacer Tandil” por Susana Serra, mamá de Sebastián - Renacer Tandil.

Cuando se nos muere un hijo, todo se transforma. Hay un antes y un después de su partida. Todo es dolor, todo es desgarro. Es como que una bomba cayó en nuestros hogares y todo se dio vuelta. No sabemos ni donde estamos parados ni que es lo que nos duele.
Porque nos duele lo anímico, nos duele el cuerpo y nos duele el alma. Nos duele absolutamente todo. No podemos localizar el dolor. Es un sufrimiento tan profundo que no sabemos que hacer con él.
La sociedad, decimos, no nos comprende. No nos comprende aquél a quien no le pasó; porque no le pasó. Entonces, nos encontramos demasiado solos y nos empezamos a aislar. Nos aislamos del mundo, de la sociedad y hasta de la propia familia. Porque cada uno hace su propio duelo.
El duelo es individual, es único. Al principio es desgarrador y no encontramos palabras para definirlo; porque no las hay. No existe un dolorómetro que lo pueda medir. Verdad? Los que han pasado por esto, me comprenden.
La muerte de un hijo, como un hecho que forma parte de la vida, no es una enfermedad en sí misma, pero puede derivar en estados patológicos. Por eso, nosotros, los padres, tratamos de resolverlo de una manera sana y responsable. Entonces es cuando nos encontramos con estas preguntas: qué hago a partir de ahora?….. cómo? Y sentimos que no podemos más, que nuestra vida no tiene sentido.
Solo cuando nos encontramos con el otro, nuestro par, cuando empezamos a mirarnos y vemos nuestro espejo; lo mismo, absolutamente lo mismo, empezamos a ser comprendidos.
Cuando preguntan que es Renacer, es difícil de comprender para aquel que no ha perdido un hijo. Por eso este Encuentro tiene como lema “Renacer: una Escuela de Vida” porque queremos enseñar como hemos aprendido a vivir luego de la partida de nuestros hijos.
Y esto no tiene ningún misterio. Es solamente amor, amor incondicional. Cuando nos miramos y vemos en el otro un espejo de nuestra alma, es cuando nos damos cuenta de que no estamos solos y de que el otro puede comprendernos. Es cuando nos complementamos y nos completamos en el otro.
Renacer es simplemente eso: darnos en el amor incondicional. Darnos sin pedir; trascender nuestro propio dolor para ver al otro como un ser necesitado de nosotros. No hay ningún misterio, repito.
Nosotros, en Renacer Tandil hemos aprendido y madurado lo suficiente como para llevar adelante esta empresa que hoy realmente nos colma de alegría. Porque verlos a ustedes es maravilloso. Todos estamos pensando y sintiendo lo mismo.
Hemos pasado por muchas circunstancias; buenas y malas. Hemos tenido experiencias de todo tipo. Pero acá estamos fortalecidos por el amor que nos tenemos.
Para los que nos saben que es Renacer:
Renacer nació en 1988 por iniciativa de Alicia y Gustavo Berti en Río Cuarto, Córdoba quienes ante la partida de su hijo Nicolás no encontraron respuesta en las terapias tradicionales; ni en la psiquiatría ni en la psicología. Fueron buscando a sus pares y fundaron el primer Grupo Renacer. Las filiales Renacer fueron expandiéndose por Córdoba, otras provincias del país y hoy, existen Grupos en casi todo el Mundo. Nosotros tenemos comunicación con los de habla hispana por una cuestión de la lengua; pero sabemos que todos piensan y sienten exactamente los mismo que nosotros. Estamos comunicados con padres de España, México, Costa Rica, Chile, Uruguay y en todos, el lenguaje es el mismo. No hay ningún misterio. Renacer es el amor por nuestros hijos. Y esto es un homenaje a nuestros hijos que han partido. Pero también es un homenaje a los hijos que nos quedan, y a los seres amados que nos quedan. Por ellos también seguimos adelante.
Realmente tenía para leer pero no puedo porque lo que estoy sintiendo es mucho más fuerte que lo que puedo leer.
En Tandil empezamos a funcionar en 1994 con María Hortensia Villegas, mamá de Pedro y yo, Susana Serra, mamá de Sebastián. Cuando nos conocimos, María Hortensia participaba de los Grupos Renacer y yo no sabía que existían. Hablábamos el mismo idioma y queríamos hacer exactamente lo mismo: juntarnos con nuestros pares, con aquellos que habían perdido hijos y eran tan incomprendidos.
Empezamos a trabajar un 19 de febrero con un grupo de 22 padres; y acá estamos. 14 años vamos a cumplir.
Hace un tiempo atrás, en el Aula Magna de la Universidad presentamos una Ponencia sobre “Renacer como prevención en Salud Mental”. Luego, el doctor Garaguso, presidente de la Asoc. de psiquiatras del Centro de la Pcia. de Bs.As. nos invitó a participar de un Encuentro sobre Salud Mental. Todavía recuerdo las palabras cuando se dirigió a sus colegas: “…debemos ser lo suficientemente honestos para derivar cuando algo nos trasciende , cuando algo no podemos contener, por ejemplo, la muerte de un hijo. Para eso está el Grupo Renacer en Tandil…”. Doctor Garaguso, por favor, si me equivoco, me corrige.
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Aprendemos a vivir con nuestros hijos de otra manera, a sentirlos de otra manera. A tal punto que no necesitamos de su presencia física para amarlos. Porque los amamos aún habiendo partido.
Renacer es una revolución cultural. Y porqué decimos esto? Porque cambia de raíz todo el concepto de muerte. Renacer piensa la muerte como parte de la vida y a nosotros nos han planteado la muerte desde otro lugar.
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Nuestra transformación interior nos lleva ser referentes para aquel que nos ve. Porque somos referentes sociales. Depende de cómo nosotros estemos van a estar alrededor nuestro. Si nosotros hacemos un duelo miserable, nos van a mirar como a un miserable: Si hacemos un duelo digno, nos van a mirar dignamente. No nos van a mirar ni ver con lástima. Es ese el mejor homenaje que le podemos hacer a la memoria de nuestros hijos. Hacer un duelo digno no significa no llorar, no gritar, no tener rabia, no tener dolor.
El duelo por la partida de un hijo no tiene un tiempo almanaque, tiene un tiempo de vida y va a ser personal, individual. Cada uno de nosotros va a tardar en sangrar el tiempo que necesite hacerlo y el tratamiento de ese duelo va a ser también individual. Nosotros, en Renacer tratamos y queremos que sea un duelo digno, por eso estamos juntos y por eso revalorizamos la vida. Porque paradójicamente, la muerte de nuestros hijos nos enseñó a revalorizar la vida.
La vida ahora tiene más sentido porque cada sonrisa nuestra, cada momento grato, cada placer que podemos llegar a sentir por las cosas, tiene un sentido nuevo. Cosas que antes no veíamos, cosas que nos hacen bien. Antes no nos dábamos cuenta porque era natural que nos hicieran bien. Ahora las satisfacciones son mayores cuando podemos lograrlas. En ese sentido vamos viendo el crecimiento que logramos permanentemente. Es un paso a paso.
Aquellos que recién empiezan nos dicen: “ no voy a poder! no voy a poder!…” y se resisten. Y nosotros somos y tenemos que ser sus referentes de que SI! se puede, de que SI A LA VIDA PESAR DE TODO! SI se puede y con mucha fuerza!, que aunque nos estemos desgarrando de dolor primero está el otro, está el dolor del otro que es siempre más fuerte que el mío. Siempre el otro que tengo delante de mí es más importante que yo. Siempre.
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Somos referentes sociales y salimos a la comunidad. Nos hacemos presentes como un ejemplo; orgullosamente decimos que somos ejemplos de vida.
En lo particular, Renacer Tandil es reconocido por la Asoc. de psiquiatras y por las Instituciones más importantes de la Ciudad que son la Universidad en lo cultural y en lo social la Municipalidad y sus Secretarías. Estamos orgullosos de pertenecer a la comunidad porque cuando hay un padre que ha perdido un hijo, ahí está Renacer.
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Es una gran emoción para todos los papás saber que los hijos que nos quedan participan también de este Encuentro.
Luego del Encuentro de Marzo de 2007 en La Plata, vinimos con las pilas cargadas para empezar a trabajar en este Encuentro y nuestros hijos que no participaban de las reuniones maduraron la idea de formar un Grupo de Hermanos. Empezaron a hacerlo y acá están ellos, los chiquitos.
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Verlos bien a ellos también es parte de nuestra tarea. También por ellos trabajamos en esto; porque nuestra vida no está completa sin ellos. A veces nos olvidamos y los postergamos. Ellos tienen que empezar a hacer su duelo luego de vernos mejor a nosotros. Se convierten un poco en nuestros padres. Al principio, con nuestro desgarro, con nuestro dolor, no nos damos cuenta de que ellos también están sufriendo.
Estamos muy orgullosos de ellos y los amamos, los amamos profundamente y por ellos también estamos hoy acá.
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Al organizar este Encuentro, les dijimos a los papás nuevos que esto sería una fiesta y ellos no podían comprender del todo, porque obviamente, sabemos que cuando recién iniciamos el duelo, todo aquello que nos satisface lo rechazamos. Después de haber vivido lo de anoche, por ejemplo, compartir los abrazos, compartir la música, compartir el baile y el vino, decimos que es maravilloso poder abrazarnos, poder estar juntos. Es una fiesta, realmente es una fiesta y estamos sumamente agradecidos por la presencia de ustedes para hacer esto posible.
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Quiero agradecer a Juan que nos ayudó muchísimo con esto de la comunicación a través de Internet porque se nos hizo bastante difícil. Los papás no manejan Internet y es un gran esfuerzo el que tuve que hacer para meterme en la máquina y perderle el miedo. Pero Juan nos ayudó y mucho.
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Sí, logramos que nuestro lema se cumpliera. Renacer es una Escuela de Vida. Renacer no tiene misterios, Renacer es simple. En los Talleres todas las repuestas se orientaron hacia el mismo fin: revalorizar la vida. Seguir buscando permanentemente mejorar como personas. Conclusión: Renacer es una Escuela de Vida.……………………………………………………………………………………………….
No hay palabras para definir esto que sentimos todos. Porque esto es todo amor. Todo sentimiento. Todo piel se vivió en este Encuentro. Entonces no se puede definir con palabras. Y esto sigue, porque ahora nos vamos todos hasta el “Parque Arbol de la Vida” donde vamos ha hacer una nueva plantación con algunas otras sorpresas.